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LECTURA: HEBREOS 11:1-6
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” v.6
Un predicador del pasado dio a entender que la iglesia vive tranquila, sin tener un avivamiento espiritual porque así estamos cómodos. Yo agregaría que los creyentes vivimos vidas espirituales sin profundidad por la misma razón.
La mayoría de cristianos no contemplamos en nuestros proyectos espirituales vivir una vida espiritual poderosa; y los predicadores muchas veces no vemos necesario tener un ministerio espiritual poderoso. Estamos conformes con demostrar que somos intelectuales o intelectuales a medias, que tenemos destrezas para expresarnos en público; y allí nos quedamos.
La oración no está en contra del intelectualismo ni de la buena educación teológica, pero no respalda nuestras capacidades si no la tomamos en cuenta. La oración se siente mejor con la espiritualidad que con nuestras habilidades e intelectualidad. Sin embargo, camina muy bien con ellas y las respalda gozosa cuando es parte importante del cristiano. Hoy es muy fácil predicar por tanto material de predicación y enseñanza en el internet. Eso es una gran bendición. Hay personas que tienen excelente memoria, buena oratoria, carisma, pueden predicar muy bien un sermón tomado del internet. Pero aunque impresionemos a otros con nuestras exposiciones bíblicas, es probable que no impresionemos a Dios.
Un sermón nacido de la mente alcanza simplemente la mente; un sermón nacido en el corazón alcanza el corazón. Con la bendición de Dios un predicador espiritual producirá gente espiritual. Un predicador no espiritual difícilmente producirá cristianos espirituales.
Carlos Perdomo, Aruba
Aspiremos de corazón vivir vidas espirituales plenas y poderosas
