Misión y provisión
8 noviembre 2023
Verdad verdadera
10 noviembre 2023
LECTURA: 2 REYES 5:1-3
“Si rogase mi señor al profeta…” v.3
Recibí una lámina con un corazón roto y dentro del mismo, una velita encendida. El escrito rezaba: “Alumbro aun con el corazón roto”.
Ese mensaje me tocó y pensé en personas que, a pesar de haber atravesado por grandes dificultades y traumas en su vida, son capaces de ayudar a otros.
Nos relata la Biblia, que bandas armadas de sirios llegaron a Samaria, una pequeña aldea de Israel, para saquear, destruir y robar. Al regresar a Siria, tomaron consigo, además del botín, una muchacha. Conociendo las costumbres barbáricas de la época, bien podríamos pensar que ella pudo haber sido sometida a toda suerte de abusos y hasta violaciones .
Esa muchacha en particular fue a parar como sierva de la esposa de un gran general sirio llamado Naamán. A pesar de sus glorias militares, su presencia en la sociedad era non grata. El general era leproso, una de las más temidas enfermedades de su época. Solo un milagro de Dios podía curarle.
Al notar la sierva la triste condición del general, no dudó en compartirle a su ama la noticia de una posibilidad de sanidad a través del profeta en su lejana tierra.
Pensemos por un momento en la condición de esa joven: forzada a estar lejos de su familia, de su tierra, de su cultura…cosas que bien podrían marcar su carácter llenándole de amargura.
Sin embargo, podemos resaltar que, a pesar de todas las situaciones adversas, esa muchacha trató de traer alivio para su amo. Su fe en un Dios bondadoso fue la luz de esperanza en un corazón roto.
Mirian Feliciano, República Dominicana
No permitamos que las circunstancias adversas
nublen nuestra luz interior
