Trabajando para la eternidad

LECTURA: JUAN 6:22-27

“Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre” v.27

Todos sabemos que el trabajo es un bien que nos ayuda en el sostenimiento de la familia, cubriendo las áreas necesarias de la vida cotidiana. Es muy triste que muchísimas personas en el mundo y en nuestro entorno carezcan de trabajo y de lo necesario para cubrir las necesidades básicas y elementales.

Jesús nos llama a tener las prioridades claras. Sin despreciar el trabajo que es parte de la vida, nos invita a valorar la comida que es eterna y que no tendrá fin, sin límite en el tiempo y que trasciende a la eternidad, que viene por aceptarle como Salvador y Señor de la vida. Jesús enfatiza el trabajo con la vista puesta más allá del presente; nos alienta en su palabra llena de promesas de esperanza para cada uno de nosotros; quiere que aprovechemos las oportunidades de alimentarnos en ellas guardándolas en el corazón como un gran tesoro.

Reconozco cuanto bien me han hecho sus palabras en el transcurso de los años, desde que acepté a Jesucristo como mi Salvador y Señor cuando tenía 18 años y hasta el día de hoy, con la esperanza firme de estar con Él para siempre.

Tenemos un llamamiento alto que trasciende la vida presente, y sin dejar los pies en el suelo con las responsabilidades del día a día, trabajamos y nos alimentamos de la comida que a vida eterna permanece.

José Luis Briones, España

Nuestra mirada está puesta en lo eterno

Meditación publicada en el libro devocional de RTM Alimento para el Alma – volumen 21. Para conseguir una copia de la edición impresa visítenos en Soriano 1335 (Montevideo, Uruguay) o en su librería cristiana más cercana.